laluz de unos cabellos. que no apaciguan nunca. la sombra de mi tacto; una garganta, un vientre que amanece. como el mar que se enciende. cuando toca la frente de la aurora; unos tobillos, puentes del verano; unos muslos nocturnos que se hunden. en la música verde de la tarde; un pecho que se alza. y arrasa las espumas; un cuello, solo un cuello,
PoemaVisitas de Octavio Paz A través de la noche urbana de piedra y sequía entra el campo a mi cuarto. Alarga brazos verdes con pulseras de pájaros, con pulseras de . 22 315 313 103 356 286 157 331 395